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Pediatras del Hospital Reina Sofía inducen la tolerancia al huevo en niños alérgicos mediante su ingesta controlada

La mayoría de los pacientes supera con éxito el tratamiento y generalmente a los tres meses pueden comer su primera tortilla francesa

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Pediatras alergólogos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba han incorporado un nuevo tratamiento que se propone inducir la tolerancia al huevo en pacientes pediátricos alérgicos a este alimento mediante su ingesta gradual y controlada. Alrededor de una treintena de niños han sido atendidos en la Unidad de Neumología y Alergia Pediátricas por este motivo desde que se inició esta terapia hace cerca de quince meses. 

Pediatras alergólogos atienden a una paciente en consulta

El tratamiento consiste en incorporar, a partir de los 4 años en niños que no han adquirido tolerancia natural al huevo, dosis muy pequeñas de este producto, de manera insistente y en constante aumento. Las principales reacciones que experimentan los niños alérgicos al huevo son urticaria, angioedema, vómitos, rinoconjuntivitis, broncoespasmo y en algunos casos anafilaxia (reacción generalizada potencialmente grave) que se evitan cuando los niños reciben este tratamiento controlado. 

Los pediatras integrantes de la Unidad de Alergia y Neumología Pediátricas, Javier Torres, Ana Molina y Domingo Álvarez indican que en torno al 80% de los niños que iniciaron el procedimiento han conseguido una tolerancia total y toman su primera tortilla francesa en consulta, reintroduciendo el huevo en su dieta como cualquier otro niño de su edad. El 20% restante no ha podido completar la inducción de tolerancia o bien en ellos se ha logrado una tolerancia parcial; es decir, pueden tomar alimentos que lleven trazas de nuevo, como es el caso de pastas, bizcochos, rebozados y helados.

Visitas semanales

Esta terapia de inducción a la tolerancia se prolonga generalmente durante unos tres meses. En este periodo, los niños acuden a la consulta una vez a la semana, donde inicialmente se les administran pequeñas dosis de clara de huevo pasteurizada y liofilizada  –elaborados por los propios farmacéuticos del hospital en forma de cápsulas-, que también toman diariamente en casa diluidas en zumos, leche, otras bebidas o yogures. En cada cita se incrementa la cantidad hasta llegar a la proporción equivalente a un huevo y tras acabar el proceso se realiza una provocación controlada en la unidad con un huevo completo. 

Los pacientes y sus familias disponen de un informe con las indicaciones a seguir -que incluye el uso de autoinyectores de adrenalina intramuscular, aerosoles y otros tratamientos- para saber qué hacer si se presenta alguna reacción en domicilio. Además, las familias tienen contacto directo con los especialistas a través de correo electrónico para poder resolver cualquier duda. 

Hasta hace unos años, el único tratamiento posible frente a la alergia al huevo era su estricta evitación, que genera situaciones de verdadera angustia en los niños y sus familias debido al riesgo de presentar reacciones por ingesta inadvertida. De todos modos, por si fuese necesario, los pequeños se van a casa con un kit de medicación de rescate que incluye antihistamínicos, broncodilatadores, corticoides y adrenalina ayutoinyectable. 

La Unidad de Alergia y Neumología Pediátricas del complejo sanitario cordobés es pionera en Andalucía por la administración de esta terapia y en ella  también se atienden niños procedentes de otras provincias como Sevilla o Jaén.

Intolerancia a la leche

La primera experiencia de inducción de tolerancia que se inició en esta unidad, hace ya tres años, se centró en la alergia a las proteínas de leche de vaca. Un total de 67 niños se ha beneficiado de este tratamiento, en su mayoría con éxito, y pueden ya tomar leche y derivados sin problemas. 

En el caso concreto de la leche, de forma natural aproximadamente el 85% de los niños dejan de reaccionar antes de cumplir 4 ó 5 años, mientras que en el 15% restante la alergia no se cura y es en este grupo en el que se realiza este tratamiento innovador. Muchos de los niños alérgicos a la leche lo son también al huevo y están recibiendo, o ya lo han hecho, ambos tratamientos. 

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