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El Equipo de Gobierno del Hospital Universitario Reina Sofía presentó hoy a sus profesionales el plan de gestión medioambiental de este centro sanitario en un encuentro que tuvo lugar en el salón de actos del nuevo edificio de Consultas Externas.

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Los resultados de un estudio desarrollado por la Unidad de Endocrinología Pediátrica y Crecimiento del Hospital Universitario Reina Sofía que dirige el doctor Ramón Cañete desvelan que actualmente la talla media de los cordobeses varones se sitúa en 176,76 centímetros, unos 14 centímetros por encima que la media femenina, que alcanza los 162,47 centímetros.

A estos tamaños hay que sumar la altura máxima de los cordobeses, que llega hasta los 192 centímetros y la mínima a 162 centímetros, mientras que en el caso de las cordobesas se pasa de 176 de máxima a146 de mínima.

El trabajo recoge que las diferencias en las tallas de los cordobeses varones de principios del siglo XX y los de hoy han sido "bastante significativas", también de unos 14 centímetros, según Ramón Cañete, quien indicó que para establecer esta comparación se tomaron datos relativos a la media nacional a principios y mediados de siglo. Tales comparaciones pueden aportar datos significativos porque el tamaño de los españoles, según las diferentes zonas del país, es bastante homogéneo.

Así, si se comparan las tallas fechadas en 1910 de los jóvenes que realizaban el servicio militar, la altura media de los españoles (hombres) era de 163,43 centímetros y hacia 1950 la media se incrementó hasta los 171 centímetros (estas últimas cifras corresponden a estudios realizados en Madrid similares al que acaba de concluir en Córdoba).

La evolución en las mujeres se desconoce por no existir documentos que recojan la altura aproximada de hace casi una centuria, pero se sabe que las cordobesas están ahora por debajo de la talla mínima a nivel nacional (148 frente a 152 centímetros) y por encima de la altura máxima de las españolas (176 frente a 173 centímetros).

Otra de las aportaciones de este exhaustivo análisis se refiere a la relación que se puede establecer entre el nivel de vida de las personas y su altura, de modo que entre los estratos sociales más altos estudiados se registró una mayor altura. En este apartado, Cañete explicó que, aunque existe una base genética, "si estos genes crecen en condiciones más idóneas se expresan mejor y mejora la talla".

Para desarrollar este aspecto se tuvieron en cuenta diferentes estratos sociales divididos en cinco grupos tal y como establece la Organización Mundial de la Salud. Entre el primer grupo y el último (del más elevado al menos) se detectó una diferencia de casi dos centímetros en los varones y 1,5 centímetro en las mujeres.

Las diferencias de tamaño también se dejaron sentir entre los universitarios y los no universitarios, pues entre los primeros y los segundos se certificó una distancia de casi 1,5 centímetros en los varones y de un centímetro en las mujeres.

Sin embargo, entre la población rural y la urbana no se aprecian diferencias, frente a la extendida creencia popular que sitúa a la población rural con menor talla que la de la capital.

Por regiones, los datos de este trabajo ponen de manifiesto que los cordobeses figuran entre los más altos de España junto a los catalanes y a los ciudadanos del País Vasco, mientras que en el extremo opuesto estarían los gallegos y extremeños. Por países, los cordobeses son más altos que los portugueses, de un tamaño similar a los italianos, pero más pequeños que otros europeos como belgas, suizos, alemanes, daneses, suecos o noruegos. Las tallas eropeas más altas corresponde a los holandeses.

Para llevar a cabo el trabajo se tomó una muestra representativa de 1.450 jóvenes (610 chicos y 840 chicas) de entre 19 y 20 años de centros educativos universitarios y no universitarios, de los alrededor de 7.000 sujetos que conforman la población objeto de estudio, constituida por los jóvenes de Córdoba capital y provincia comprendidos entre estas edades.
En este sentido, el pediatra dijo que se eligió este sector de población para saber "qué pasa al final de la pediatría -entre los 19 a 20 años- cuando ha finalizado el crecimiento y todavía no se ha empezado a perder masa ósea que puede producir el descenso de la talla".

Con el fin de dotar de sofisticación el estudio, que ha sido la tesis doctoral de Carlos Landauro Comesaña y en el que ha colaborado el doctor Luis Pérula además de Ramón Cañete, se utilizó el estadiómetro Harpeden, un aparato exacto de medición de la talla, y una balanza con una variabilidad más menos 50 gramos para el peso.

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