Revista interna cuatrimestral del Hospital Universitario Reina Sofía
Noviembre 2011

Número 22

Revista El Reina Sofía

Entrevista

"En grandes competiciones, se duerme menos que en una guardia"

Este especialista de Nuclear se siente privilegiado por poder conciliar medicina y deporte. Desde adolescente, su vida está unida al voleibol, del que ni siquiera lesiones importantes han conseguido apartarle. Ahora, sus responsabilidades como seleccionar nacional le permiten viajar por todo el planeta, conquistar títulos y, también, quedarse sin vacaciones

Celebración de la victoria como subcampeones del mundo en Argentina.

Celebración de la victoria como subcampeones del mundo en Argentina.

Desde pequeño, Juan Antonio Vallejo presume de tener un vicio 'raro' pero confesable, le gustaba y le sigue entusiasmando estudiar. Sobre esta base se soportan sus dos grandes pasiones: la medicina y el deporte. Consiguió su sueño de convertirse en facultativo a la par que jugaba y entrenaba voleibol. A los 24 años, una lesión de rodilla propició un paréntesis como jugador para, años después, regresar como técnico a diferentes clubes hasta que hace cinco años se incorporó a la Real Federación Española de Voleibol. Aquí ha desempeñado diferentes funciones y desde 2009 es seleccionador nacional (primero lo fue del grupo masculino sub-16 y desde finales del 2010 del femenino sub-16). En este último cuadro de jugadoras se encuentra Ana Vallejo, su hija, con 83 partidos internacionales a sus espaldas y la convicción de iniciar la segunda generación de médicos de la familia-.

"Me gustaría agotar este ciclo olímpico –que concluye el próximo año- y luego me plantearé qué hacer", explica el doctor Vallejo. En la actualidad, trata de hacer compatibles sus funciones como gestor y clínico en la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Nuclear, entrenador nacional, padre y esposo. Asegura que "el precio familiar" que ha de pagar por estar en la competición de alto nivel es "muy alto", sin ir más lejos este año se ha quedado sin vacaciones, y agradece el apoyo incondicional de su mujer. En casa, las horas dedicadas a su profesión también se eternizan y su hijo, con pocos años, le preguntaba "si quería más a los leucocitos que a él".

Este verano, la selección juvenil masculina regresó de Argentina con el título de subcampeona del mundo bajo el brazo.

Su trabajo y afición deportiva son inseparables y es capaz de establecer entre ellos numerosos puntos en común. "Disfruto con las dos y tengo la satisfacción de que con ambas estoy haciendo algo interesante para mucha gente. Como médico, creo que doy respuesta a una demanda ciudadana y como entrenador ayudo a los chicos –y chicas- a conseguir parte de sus sueños", prosigue. A Vallejo, los partidos con la selección le recuerdan a las intervenciones en quirófano, "una explosión de adrenalina y tensión como las de la cirugía no te lo da otra cosa que la competición. Es una sensación brutal de alegría efímera, porque a los diez minutos tienes que pensar en el próximo encuentro".

El doctor Vallejo con su hija.

En Argentina.

Subcampeones del Mundo.

Motivos para la felicidad, aunque pasajera, le sobran a los diferentes equipos que conforman la selección. Este verano, la selección juvenil masculina regresó de Argentina con el título de subcampeona del mundo bajo el brazo, el mayor logro conseguido en todas las categorías y a lo largo de toda su historia. Juan Antonio Vallejo vivió con los campeones este logro como integrante del cuadro técnico y en los últimos años ha sido testigo de éxitos en los diferentes campeonatos internacionales (Italia, Ankara y China, entre otros puntos geográficos).

Además, este cordobés no se olvida de otra coincidencia, que ambas disciplinas exigen dedicación, compromiso y estar siempre alerta, "en grandes competiciones se duerme menos que en una guardia". Conseguir títulos y contribuir a que los chavales lleguen a la categoría senior resulta para él tan gratificante como ser informado de que un paciente neoplásico que ha pasado por su servicio recibe el alta. En su juego aplica las mismas reglas que en el hospital. "El voleibol de ahora no se parece en nada al de 1978, cuando empecé. Para estar al día hago lo mismo que como médico, me actualizo asistiendo a congresos y aprendiendo las nuevas técnicas". El análisis, el estudio y la constancia ha sido y es la clave de su éxito.

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