Revista interna cuatrimestral del Hospital Universitario Reina Sofía
Noviembre 2011
Se trata del primer centro nacional de estas características en incorporar un equipo de investigadores liderado por una profesional de enfermería
Responsables del grupo de investigación en cuidados enfermeros.
El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) es la primera organización de estas características de ámbito nacional que incluye un grupo de investigación liderado por una profesional de enfermería. La finalidad del equipo es potenciar la investigación en cuidados enfermeros que precisan los pacientes en el Hospital Reina Sofía.
Bajo el nombre de 'Cuidados enfermeros integrales, perspectiva multidisciplinar' este grupo forma parte del IMIBIC desde el pasado año, aunque su actividad comenzó en 2007. Está coordinado por María Aurora Rodríguez Borrego, que es enfermera del Hospital Reina Sofía (trabaja en Reanimación) y también doctora por la Universidad de Valladolid (realizó su tesis sobre metodología docente), además de directora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Córdoba.
La filosofía del grupo es crear una cultura investigadora en el colectivo profesional enfermero que permita aplicar cuidados basados en la evidencia y establecer un compromiso con la formación científica de los futuros profesionales sanitarios. Aurora Rodríguez señala que 'los trabajos que desarrollamos aquí tienen su repercusión directa sobre el paciente, respondiendo así al carácter traslacional del instituto'. La enfermera añade que 'la particularidad de esta iniciativa es que la investigación se asocia siempre con los médicos y no con enfermería, por lo que abrimos una puerta a la investigación en la que tiene cabida cualquier trabajo relacionado con los cuidados enfermeros'.
La filosofía del grupo es crear una cultura investigadora en el colectivo profesional enfermero
Este grupo permite encauzar las necesidades de investigación del colectivo enfermero y la temática es muy amplia: nutrición, depresión, pacientes crónicos, obesidad y repercusión de los cambios sociales en la atención del paciente, entre otros. Este grupo multidisciplinar está integrado por 24 profesionales (enfermeros, facultativos, trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos, maestros, ingenieros y metodólogos) ya que la atención al paciente es integral y no se puede ver su enfermad de forma aislada. También figuran como investigadores responsables en este grupo Dolores Guerra, de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Sevilla y María José Medina, de la Unidad de Investigación e Innovación de Cuidados del Hospital Reina Sofía.
Respecto a la actividad que desarrolla el grupo, destaca que sus miembros en estos momentos dirigen seis tesis doctorales y han recibido la solicitud para iniciar dos más. Por otra parte, el pasado año, los integrantes de este equipo tenían siete proyectos de investigación en activo, dos relacionados con la salud y cinco con metodología docente universitaria en el área de Enfermería. En cuanto a la producción científica, en 2010 el grupo publicó 12 artículos en revistas de ámbito nacional e internacional, 10 capítulos de libros, 4 libros, 6 actas y 16 comunicaciones a congresos y obtuvo un premio a la mejor comunicación oral.
La inventora es una enfermera de Radiodiagnóstico Pediátrico y el sistema que ha ideado facilita la administración del líquido a recién nacidos y lactantes para exploraciones radiológicas del aparato digestivo alto
Profesionales que han participado en el desarrollo de la patente.
El Hospital Reina Sofía, a través del Área de Gestión de la Innovación del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y de la Oficina de Transferencia de Tecnología del sistema sanitario público de Andalucía (OTT-SSPA), ha patentado un modelo de utilidad consistente en un dispositivo que facilita la administración de contraste a recién nacidos y lactantes para llevar a cabo pruebas diagnósticas del aparato digestivo alto.
La inventora es la enfermera de Radiodiagnóstico Pediátrico María del Carmen Ramírez, que ante la dificultad de administrar contraste oral a los bebés, algunos con problemas para succionar o ingerir el líquido, planteó como solución la creación de un dispositivo formado por un sistema de inyección terminado en tetina que simplifica la realización de estas exploraciones.
El nuevo producto, que también puede tener otras utilidades, será una pieza única consistente en un sistema de inyección terminado en tetina fija que permite el control del contraste administrado y la protección de la mucosa oral por el material blando de la tetina (látex o silicona), que mejora la seguridad del usuario pediátrico, disminuye el tamaño de los componentes del sistema inyector (unos 20 ml frente a los 100 ml de un biberón tradicional), mejora la visibilidad y elimina o reduce las fugas de contraste. En definitiva, el dispositivo permite conseguir imágenes con más calidad y disminuir el tiempo de realización de la prueba.
La sustancia que se usa generalmente como medio de contraste es bario y la finalidad es identificar o descartar patologías frecuentes en el bebé relacionadas con el alto tramo del tubo digestivo como reflujo gastroesofágico, estenosis esofágicas y problemas de deglución en niños inmaduros, entre otras. A la espera de que alguna empresa se interese por este modelo de utilidad y lo desarrolle, en la actualidad, cuando es preciso administrar un contraste vía oral a los pequeños en el Hospital Reina Sofía se hace usando una alternativa que consiste en una jeringuilla para inyectar el medio de contraste que tiene acoplada a la terminación una tetina desechable.
Un experto en neuroendocrinología ha analizado qué genes se modifican cuando el desarrollo se adelanta o retrasa en la adolescencia con importantes riegos para la salud
El profesor Sergio Raúl Ojeda.
El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) ha iniciado la segunda edición de seminarios, dentro del Máster de Investigación Biomédica Traslacional, en los que expertos internacionales visitan el Hospital Universitario Reina Sofía para exponer los resultados de las líneas de investigación en las que trabajan, todas ellas bajo el denominador común de la biomedicina. Este primer encuentro se ha centrado en el estudio de la base genética implicada en el desarrollo anormal de la pubertad, ya sea precoz o retrasada.
La identificación de los mecanismos que se activan en estas patologías permitiría abrir el abanico terapéutico, que en la actualidad se basa en el tratamiento hormonal
El profesor Sergio Raúl Ojeda, del Instituto Nacional de Investigación en Primates de Oregón (EE.UU.), ha inaugurado el ciclo de seminarios con la exposición de los resultados más novedosos de la línea de investigación que lidera sobre esta materia y en la que lleva trabajando alrededor de 4 años. El especialista apunta que 'el empleo de técnicas de biología molecular muy precisa les ha permitido identificar algunos de los genes implicados en los problemas asociados al adelanto o retraso de la pubertad'.
Así, Ojeda señala que 'en estos momentos, nos centramos en el análisis de cómo se modifica la expresión genética -en estos trastornos pueden estar implicados un centenar de genes- y cómo influye en ésta las modificaciones epigenéticas, es decir, factores ambientales propios del entorno de los niños y adolescentes'. En este caso, el profesor indica que en las zonas del planeta con más horas de sol el inicio de la primera menstruación se adelanta.
Los estudios que lleva a cabo el equipo de este científico chileno afincado en Estados Unidos se desarrollan en animales de experimentación, pues se ha comprobado que buena parte del comportamiento de los genes implicados en el inicio de la pubertad en estos modelos son similares en humanos. La tecnología puntera que usan consiste en sistemas de micoarrays que aportan información genética muy precisa sobre las interconexiones que se establecen entre el material genético alterado en esta enfermedad.
La identificación de los mecanismos que se activan en estas patologías permitiría abrir el abanico terapéutico, que en la actualidad se basa en el tratamiento hormonal. La pubertad precoz es más frecuente en el sexo femenino -se da en una de cada 5.000 niñas- y trae consigo importantes problemas de adaptación social, presentan más riesgo de desarrollar determinadas patologías en el futuro y los trastornos físicos también son destacados. Por su parte, el retraso en el desarrollo, más habitual en los chicos, también motiva desequilibrios relevantes.
En el caso de las niñas, la edad media de la primera menstruación se sitúa en los 12 años, mientras que el inicio de la pubertad es alrededor de los 9 años y, en general, cada vez se inicia antes. En el género masculino el desarrollo suele ser más tardío, pues el cambio hormonal se produce entre los 10 y los 12 años y debutan en la pubertad alrededor de los 14 años.
Investigadores asociados al instituto han gestionado en este periodo siete solicitudes de patentes relacionadas con mejoras en el tratamiento y diagnóstico de patologías y nuevo equipamiento
Salas blancas de producción celular.
El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) ha gestionado la solicitud de siete patentes a lo largo del primer semestre de 2011, una cifra que confirma el interés de los integrantes del instituto por esta materia al superar así el número de registros del pasado año, cuando se tramitaron seis patentes. Además, en la actualidad se negocian tres nuevas licencias. Los trámites necesarios para poder patentar una invención se centralizan en el Área de Gestión de la Innovación del IMIBIC, cuyo responsable, Carlos González Navarro, confirma el interés creciente de los investigadores por solicitar este derecho en exclusiva que concede el Estado durante 20 años.
En total, desde que inicia su actividad este departamento a finales de 2009 -en contacto directo con la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud- se han solicitado 14 patentes desde el instituto (una en 2009, seis en 2010 y siete en el primer semestre de 2011). En el 50% de los casos, la titularidad de las mismas corresponde íntegramente al SAS y la otra mitad es compartida con otras instituciones como la Universidad de Córdoba, la Universidad de llinois (en Estados Unidos) y empresas del sector sanitario.
La tendencia de proteger y registrar la propiedad industrial e intelectual sobre los avances de la investigación en Salud pone de manifiesto el afianzamiento de una cultura de transferencia en la sanidad andaluza
La mayoría de estas patentes -que pueden ser de productos o de procedimientos- se relacionan con nuevos tratamientos para enfermedades de elevada incidencia entre la población adulta e infantil y otras tienen que ver con nuevos sistemas de diagnóstico, equipamiento, instrumental quirúrgico y programas informáticos y de gestión, sobre todo.
Las correspondientes a este ejercicio hablan de ventajas del uso del aceite de oliva en el tratamiento de procesos isquémicos y circulatorios, una técnica de imagen para detectar estenosis bronquial, un programa que analiza la movilidad de pacientes con problemas reumatológicos, nuevas tetinas para introducir contrastes a los bebés y, finalmente, un original tipo de silla que facilita la movilidad del paciente en escaleras.
Las patentes gestionadas en 2010 se refieren al uso de extractos de aceite de oliva en tumores hepáticos, otros compuestos para tratar el cáncer de mama, nuevos índice pronóstico de leucemia linfoblástica aguda en adultos y niños, una técnica más para el diagnóstico de la enteritis infantil y una nueva base de datos a implementar en DIRAYA. Por su parte, la de 2009 se centra en tratamientos para mejorar la circulación en pacientes con problemas de pie diabético.
La tendencia de proteger y registrar la propiedad industrial e intelectual sobre los avances de la investigación en Salud pone de manifiesto el afianzamiento de una cultura de transferencia en la sanidad andaluza que se está incrementando cada vez más y en todos los centros, tanto sanitarios como de investigación. De hecho, la Consejería de Salud, a través de la Oficina de Transferencia de Tecnología, duplicó el pasado año el número de solicitudes, pasando de 34 en 2009 a 67 en 2010, entre patentes nacionales e internacionales y registros de la propiedad intelectual e industrial. La protección de la propiedad industrial debe cumplir tres requisitos: que sea nueva, inventiva y con aplicación industrial.
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