Un cumpleaños muy especial

Quiso soplar las velas de su dieciocho cumpleaños junto a personas que han sido muy importantes en su vida. Ni ella ni su familia han borrado de su recuerdo el medio año que pasaron en la UCI Pediátrica del Hospital Reina Sofía. Fueron momentos muy duros, durísimos, pero también entrañables. Encontraron en los sanitarios a profesionales altamente cualificados que lucharon por sacarla adelante. Y lo lograron, con esfuerzo, preparación y humanidad.

María Jesús Fernández Valenzuela es una cordobesa a quien le cambió de golpe su destino cuando contaba con tan solo dos años y medio. El guión de su proyecto vital dio un giro inesperado cuando un grave atropello motivó su ingreso en la UCI de Pediatría del complejo sanitario cordobés. Su kilometraje se puso a cero y, con ayuda de los profesionales sanitarios, salió adelante. Desde entonces, María Jesús es tetrapléjica y ventilodependiente, aunque nadie lo diría a juzgar por su ritmo de vida.

Su discapacidad no ha sido un obstáculo, todo lo contrario, ha llenado su día a día de retos. No para de viajar, se ha bañado en la playa, ha hecho teatro, le encanta acudir a la feria con su traje de gitana y hasta es presidenta del club de fans de la cantante María Aguado. No para. Su ilusión y su sonrisa inquebrantable la convierten en una persona muy especial y generosa que ha querido compartir su felicidad con quienes un día le ayudaron a empezar de nuevo.

Por eso, a su madre se le ocurrió celebrar su mayoría de edad con los profesionales del centro que ocupan un lugar en su corazón. El pasado 30 de enero se reunieron en una sala de pediatría para festejar su cumpleaños y recordaron viejos tiempos. En palabras de su madre, “ha sido una manera de agradecer el trabajo excepcional de todo el equipo de profesionales de esta casa y reconocer la importancia de la sanidad pública”.

En estos momentos, María Jesús está acabando segundo de Bachillerato en su pueblo y tiene previsto trasladarse a Córdoba para estudiar el próximo curso en la Universidad Loyola la carrera de Comunicación, cuyos estudios tiene previsto compaginar con los de Arte Dramático. Su futuro es prometedor y en ello tiene mucho que ver su manera de mirar la vida: con felicidad y optimismo.