Comunicación - Noticias del Reina Sofía - El Hospital Reina Sofía incorpora la cápsula endoscópica para diagnosticar patologías gastrointestinales
El Hospital Universitario Reina Sofía ha incorporado recientemente la cápsula endoscópica para el diagnóstico de patologías gastrointestinales, un dispositivo de reducidas dimensiones en forma de píldora que ingiere el paciente y permite la toma de imágenes del intestino delgado a través de una microcámara.
La cápsula endoscópica permite navegar por el tubo digestivo, que tiene una extensión aproximada de 6 metros, una zona de difícil acceso mediante la endoscopia convencional, pues la denominada endoscopia alta facilita el estudio del esófago, estómago y duodeno, y la baja se centra en el colon.
Este viaje intestinal se realiza, fundamentalmente, para intentar encontrar la causa de anemias severas por pérdida de sangre en pacientes con un perfil muy bien definido, una enfermedad que puede deberse a anomalías vasculares, úlceras e incluso tumores.
Excelentes resultados
El primer paciente que se ha beneficiado de la técnica en este complejo hospitalario se sometió a este procedimiento la pasada semana con excelentes resultados. El empleo de este dispositivo tiene indicaciones muy concretas y se estima que se pueda usar en cerca de una veintena de pacientes cada año en el hospital Reina Sofía.
Esta nueva prestación permite la ampliación de la cartera de servicios de la Unidad de Gestión Clínica de Aparato Digestivo del hospital Reina Sofía con un nuevo servicio que evitará que los pacientes se desplacen a otros centros del Sistema Sanitario Público Andaluz para someterse a esta técnica.
En su conjunto, el dispositivo completo consta de un dispositivo endoscópico en forma de cápsula, un videograbador que el paciente porta durante el tránsito intestinal de la cápsula y un ordenador externo para procesar las imágenes obtenidas.
La exploración con la cápsula endoscópica es un procedimiento indoloro, cuya preparación sólo requiere unas horas de ayuno previo por parte del paciente. La cámara contenida en la cápsula (de unos dos centímetros y cuatro gramos de peso) toma las fotografías y las transmite al sistema de recogida de datos, parecido a un walkman que lleva el paciente en el cinturón, mediante un sistema de radiofrecuencia.
Localizar la lesión
Al final del recorrido, la cápsula se elimina por las heces y la información recogida en el registrador es procesada por el ordenador. De este modo, los especialistas visualizan las imágenes con el propósito de identificar el lugar de la lesión y, para ello, el propio sistema emite una señal a fin de avisar al facultativo de la presencia de sangre.
El paciente puede realizar su vida con normalidad mientras porta el dispositivo, es decir, durante unas siete horas desde que se ingiere la cápsula hasta que es expulsada. En este tiempo, la microcámara registra alrededor de cincuenta mil imágenes (dos por segundo), algo que después es revisado por el especialista.
La cápsula está hecha de material biocompatible, resistente a los fluidos digestivos del tracto gastrointestinal, y se ha diseñado con objeto de proporcionar luz adecuada para la visualización del intestino delgado. Se trata de una técnica bien tolerada por el paciente que ofrece imágenes de calidad.
Esta técnica también facilita un abordaje menos invasivo para el paciente, pues con anterioridad a su existencia la cirugía era la única vía para detectar ciertas patologías en el intestino delgado debido a la dificultad para acceder a él de forma indirecta.
Fecha de creación de la página: 29-Jan-2007
Fecha de la última actualización: 02-Feb-2016
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