Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía
La ACSA pone a disposición de las entidades sociales una serie de programas de certificación que les ayudan a descubrir sus debilidades y fortalezas, desarrollar planes de mejora e implantar un sistema de gestión de la calidad que permita asegurar la eficacia, eficiencia y seguridad de los servicios.
Guías y documentos descargables que te ayudarán a comprender e iniciar el proceso de la certificación de entidades
Es un servicio que permite evaluar la calidad de la atención que presta una entidad, revisando sus procesos y midiendo su grado de cumplimiento de una serie de criterios de referencia que aseguran la calidad del servicio. Se trata, por tanto, de una garantía de la calidad de los servicios sociales y de una útil herramienta a disposición de los equipos de los centros para descubrir sus debilidades y fortalezas, desarrollar planes de mejora e implantar un sistema de gestión de la calidad que permita asegurar la eficacia, eficiencia y seguridad de los servicios.
La certificación de la ACSA se dirige a entidades que ofrecen servicios residenciales y servicios de día en el ámbito de la discapacidad, las personas mayores o las adicciones. Puedes consultar el listado completo en el apartado ¿Qué certificamos?
La certificación es el resultado de un proceso de autoanálisis e identificación de áreas de mejora que se divide en cuatro fases: en la fase de solicitud, se configura el proyecto con la información de la entidad que se quiere certificar, se designan responsables internos al centro, tutores en la ACSA y se realiza una presentación del proyecto a todo el equipo; en la fase de autoevaluación, el equipo del centro debe comparar su actividad con los estándares de calidad del manual de la ACSA y aportar evidencias y áreas de mejora que permitan cumplir los diferentes criterios de calidad; en la evaluación, la ACSA revisa la información aportada y realiza una visita para observar in situ el trabajo del centro y conocer de primera mano cómo se organiza el trabajo. El resultado de esta fase es un informe, donde se recogen fortalezas y debilidades que deben servir para que el centro emprenda las acciones necesarias para mejorar su desempeño (áreas de mejora); si el resultado del informe es positivo, el centro obtiene la certificación y entra así en la fase de seguimiento, durante la cual debe seguir implementando acciones de mejora para poder superar la evaluación intermedia que se realiza a los 2 años y medios de la certificación y que permite mantener la vigencia de la misma hasta los 5 años (contados desde la fecha de certificación).
Cada fase establece unos plazos máximos, así que los tiempos dependen de cada caso. La fase de autoevaluación tiene un plazo máximo de 12 meses y en la fase de evaluación, una vez recibido el informe, los centros disponen de un plazo máximo de 3 meses para aportar áreas de mejora.
A través del proceso de certificación de la ACSA, las entidades de servicios sociales pueden demostrar su compromiso con la excelencia y la mejora continua de los servicios que ofrecen a la ciudadanía, garantizando que su actividad se ajusta a los criterios de calidad definidos en los manuales de estándares. Estos criterios evalúan, entre otros, aspectos referidos a la gestión de los procesos y servicios de la entidad, a los derechos, expectativas y satisfacción de los usuarios, a la calidad científico-técnica de la atención o a la seguridad de los procesos.
La certificación es ante todo un proceso de mejora y aprendizaje colaborativo, que permite iniciar ciclos de evaluación para identificar desviaciones, optimizar los procesos, normalizar la práctica asistencial, mejorar la seguridad de usuarios y profesionales, y alcanzar mejores resultados a través de una gestión eficiente y efectiva. Además, representa un reconocimiento externo que genera transparencia, visibilidad y confianza.
El coste de la certificación depende de las características de los centros y oscila entre los 2000 € y los 5000 €. Para conocer el coste exacto, se recomienda solicitar un presupuesto.