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Nuestras ReferenTICs: María del Mar Donaire

“Cuando hablamos de los profesionales de la informática del SAS, hablamos de un gran equipo, donde todos somos uno más y cada uno de nosotros ve en el otro un referente del que aprender”

¡Vamos con nuestra ReferenTIC de enero!

Es compañera del equipo provincial TIC de Jaén. Estudió Informática, y en los inicios de su carrera profesional, fue la única mujer en su equipo, en un entorno predominantemente masculino.

Más tarde, en su trayectoria dentro de la sanidad pública andaluza, desempeñó un papel clave en la puesta en marcha del Hospital de Alta Resolución de Alcaudete, donde, dice, vivió muchas experiencias que le han ayudado en su desarrollo profesional.

¿Cómo se despertó en ti el interés por la tecnología? ¿Te imaginaste ya de niña, dedicándote a algún campo de la ciencia?

Cuando eres niña, como la mayoría, no tienes claro qué quieres ser de mayor. Pero sí es cierto que me atraían más las asignaturas de ciencias que las de letras. Abogada desde luego no iba a ser. Empiezo a leer leyes y ¡mi mente automáticamente se cierra!

No me imaginé trabajando en la rama sanitaria, pero parece que el destino, al elegir ciencias puras y biológicas, me estaba advirtiendo de lo que iba a ocurrir, y de lo cual me alegro, ya que en sanidad estamos evolucionando en tecnología continuamente. 

Háblanos sobre tu trayectoria profesional

Estudié Ingeniería Técnica en Informática de Gestión en la Universidad Politécnica de Jaén. Sin finalizar los estudios empecé a hacer prácticas en una multinacional del automóvil, en el departamento de informática, donde continué una vez finalizada la carrera. Allí me estrené como ingeniera en el mundo laboral (específico como tal, porque en el mundo laboral ya me había estrenado como cualquier otro estudiante que trabaja para sacar unas perrillas)

Me encontré con un buen equipo de personas y profesionales que, con paciencia y buen hacer, guiaban a la novata a hacerse un hueco entre ellos. Hacía de todo un poco: desarrollo, hardware, actualizaciones software... Y todo, en una gran empresa, líder en tecnología, un buen sitio donde empezar e introducirte de lleno en este mundo. Y claro, ¡cómo no! La presencia del género femenino era escasa, básicamente se reducía a mí.

Pasado un tiempo, me ofrecieron pasar al departamento de Calidad, donde se iba a implantar un nuevo software para gestionar la producción, calidad del producto, rechazo de material, componentes del producto final, etc. Hasta el momento, en ese departamento no existía nada así, y trabajaban básicamente con hojas de cálculo, por lo que necesitaban ayuda para trabajar conjuntamente con la empresa desarrolladora en la implantación, así como para dar formación a todos los empleados.

Esa experiencia fue bastante enriquecedora a nivel personal, ya que por primera vez hacía tareas de soporte al usuario y relacionarme con tantas personas de distintas formas de ser y pensar te ayuda a comprender la dificultad que muchas de ellas tienen para adaptarse a los cambios, especialmente aquellas que estaban cercanos a la jubilación, personas acostumbradas a hacer lo justo frente a un ordenador, y lo máximo en papel. Ayudarlos a avanzar y convencerles de las bondades de la tecnología no era fácil, se puede decir que… ¡hasta te sientes un poco psicóloga!

Allí estuve hasta que, en 2006, entré en el mundo de la sanidad. Y hasta hoy, cuando sin casi darme cuenta, han pasado ya 18 años y… ¡he alcanzado la mayoría de edad!, sanitariamente hablando.

¿A qué te dedicas cada día?

Empecé en la Empresa Pública Hospital Alto Guadalquivir (que después pasó a llamarse Agencia Sanitaria) formando parte de un grupo de compañeros con ganas de ayudar y aprender. Prácticamente, todos éramos de la misma edad, un equipo joven pero muy profesional. Estuve unas semanas en el Hospital de Andújar formándome y tras eso, me fui al que sería mi destino hasta el día de hoy: el CHARE de Alcaudete.

Llegué a un hospital que aún estaba con las puertas cerradas, y había mucho trabajo por hacer antes de la inauguración. Íbamos todos a una, descargando el material informático de los camiones, preparándolo o montando los puestos de trabajo.

Yo formaba parte del equipo de redes, en el que me sentí muy a gusto y del que guardo buenos recuerdos tanto a nivel profesional como personal, así como del resto de compañeros de informática que, aunque formaran parte de otros equipos, se puede decir que éramos un todo, dispuestos siempre a ayudarnos. Han sido muchos años implantando nuevas soluciones, madrugadas de cortes de servicio para actualizar los dispositivos de red, en fin… muchas vivencias.

Y ahí, hasta que las Agencias pasaron a depender del Servicio Andaluz, y nos integramos en la Subdirección de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de las distintas provincias. Yo hoy en día, en el equipo de proyectos del Hospital Universitario de Jaén, donde trabajamos en la implantación de nuevas soluciones para mejorar lo que ya he mencionado: la atención sanitaria.

Nuevo equipo, nuevos compañeros (no todos, algunos conservados de antes), nuevas aplicaciones. Hasta ahora, los sistemas de información hospitalaria conocidos habían sido Portal Clínico y posteriormente Klinic. También había visto Aurora en algún servicio, pero ahora tocaba aprender de Diraya, del cual solo conocía Diraya Citación. El resto de módulos eran totalmente nuevos para mí, pero con la ayuda del equipo provincial TIC de Jaén que, a pesar de ser escaso en cuanto a cantidad de personal se refiere, cuenta con grandes personas y profesionales con los que aprender, ha sido coser y cantar. A día de hoy, dos años después, sigo aprendiendo, así que les agradezco la paciencia.

¿En qué crees que eres (o puedes ser) un referente para tus compañeros? Y, ¿qué le dirías a una niña con inquietudes científicas y tecnológicas?

Cuando hablamos de los profesionales de la informática del SAS, hablamos de un gran equipo, donde todos somos uno más y cada uno de nosotros ve en el otro un referente del que aprender. Cada profesional, realizando sus funciones y tareas diarias, enseña y comparte su conocimiento con el compañero.

Ahora es más fácil y asequible tener la tecnología al alcance. Hace no muchos años era más complicado, me da envidia sana ver cómo ahora los niños tienen al alcance ordenadores portátiles, tablets, móviles… Así que, a las niñas que presenten inquietudes por la ciencia y la tecnología, les diría que sigan adelante, que se animen a desarrollar esa aptitud que ha nacido en ellas de forma natural. Que se alejen de los roles preconcebidos en cuanto a género en esta materia y exploten todo su potencial, que el mundo de la ciencia y la tecnología las necesitan.