En nuestro hospital, la atención va más allá del tratamiento clínico: ponemos en el centro a la persona. Apostamos por una atención humanizada que escuche, acompañe y respete la dignidad de cada paciente y su familia. Priorizamos la participación constituyendo un compromiso de responsabilidad social en el seno de un diálogo permanente con nuestros pacientes. Promovemos entornos acogedores, comunicación cercana y un cuidado integral que tenga en cuenta tanto lo físico como lo emocional. Porque sanar también es sentirse cuidado.
La asistencia humanizada fortalece la relación entre el ciudadano y nuestros profesionales, generándose un ambiente terapéutico de confianza y colaboración, ya que la experiencia de los pacientes que se sienten escuchados y comprendidos suele ser mucho mejor e influye positivamente en su recuperación. Comunicación efectiva y empatía, son elementos importantes que contribuyen a reducir el estrés y la ansiedad asociados a los procesos patológicos y tratamientos.
Nuestros entornos de trabajo centran la humanización como eje fomentando una comunicación más abierta y efectiva entre todos sus miembros y mejora la coordinación y la eficiencia del cuidado, promoviendo la equidad al asegurar que todos los ciudadanos, independientemente de su condición o antecedentes, reciban una atención de calidad y respetuosa.