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Donación y donantes de órganos y tejidos

¿Qué es la donación de órganos y tejidos?  

Es el procedimiento por el cual una persona cede gratuitamente un órgano o tejido propio a otra persona que lo necesita a causa de una enfermedad.

¿Qué tipos de donantes hay? 

Existen dos tipos de donantes según la procedencia del órgano o tejido: donante vivo y donante fallecido.

  • Donante vivo es aquella persona que realiza la donación en vida. Este tipo de trasplantes se realiza con la garantía de que la extracción no va a representar ningún problema de salud para el donante. Los órganos que se pueden ceder en vida son un riñón, una parte del hígado, de un pulmón o del páncreas. Los progenitores hematopoyéticos (sangre periférica, médula ósea y sangre de cordón umbilical), el tejido óseo, membrana amniótica y la piel son los tejidos que se pueden donar en vida. Los donantes vivos más habituales son los de sangre de cordón umbilical, de médula ósea y de riñón. El órgano procedente del donante vivo siempre irá dirigido a una persona concreta, que suele ser del entorno familiar, aunque no es imprescindible. Actualmente existen técnicas quirúrgicas laparoscópicas para la extracción de órganos a donantes vivos que minimizan la agresión quirúrgica y reducen el tiempo de ingreso hospitalario y de reincorporación a la vida laboral activa.
  • Donante fallecido se denomina así a la persona que dona sus órganos o tejidos para que sean extraídos tras su fallecimiento. Los donantes fallecidos pueden ser por muerte encefálica (destrucción irreversible del cerebro) o donantes en asistolia (parada cardiaca irreversible).

En España y en Andalucía, el donante fallecido por muerte encefálica es el mayoritario y supone aproximadamente el 80% de todos los donantes.

¿Quién puede ser donante? 

  • Donante vivo: Toda persona mayor de edad, con plenas facultades mentales y que goce de buen estado de salud. Estas situaciones serán verificadas y certificadas por médicos ajenos a los que realizarán el trasplante y deberán ser aprobadas por los Comités de Ética y por el Juzgado del Registro Civil.
  • Donante fallecido: Actualmente puede ser donante toda persona, de cualquier edad (desde recién nacidos hasta más de 75 años), que hasta el momento de la donación no haya padecido ninguna enfermedad transmisible con la donación (cáncer o enfermedades infecciosas) y que no tenga antecedentes de riesgo que contraindiquen la donación. En definitiva, prácticamente todos podemos ser donantes.

¿Cómo son habitualmente los donantes? 

Hasta hace unos años la mayoría de los donantes fallecían por destrucción completa e irreversible del cerebro a causa de un traumatismo cerebral por accidente de tráfico. Sin embargo, en la actualidad, la primera causa de muerte de los donantes fallecidos es la destrucción del cerebro secundaria a hemorragia cerebral. Esta circunstancia ha sido la responsable de la elevación de la edad media de los donantes fallecidos.

¿Qué se puede donar? 

En todos los casos sólo se procederá a extraer los órganos o tejidos con posibilidades de ser trasplantados. Hay que diferenciar los órganos denominados sólidos como: riñón, corazón, hígado, intestino, pulmón, páncreas; de los tejidos como: córneas, hueso, piel, cartílago, tendones, membrana amniótica, válvulas cardíacas, arterias, venas y progenitores hematopoyéticos (de sangre periférica, de médula ósea o de cordón umbilical).

El donante fallecido puede donar todos sus órganos sólidos y tejidos mientras que el donante vivo sólo puede donar uno de sus riñones, una parte del hígado, pulmón o páncreas y tejido óseo, progenitores hematopoyéticos, membrana amniótica o piel.

Si se procede a la extracción de más de un órgano sólido (riñón, hígado, corazón, pulmón o páncreas) la donación se denomina multiorgánica. Si los tejidos extraídos son dos o más, hablamos de donación multitejidos.

¿Qué se suele hacer con órganos extraídos y no trasplantados? 

Cuando se extrae algún órgano de donante fallecido que, por las circunstancias que sean, no acaba siendo válido para trasplante, se envía al Departamento de Anatomía Patológica para su análisis y posteriormente se procede a la incineración.

¿Qué pruebas se hacen a los donantes? 

A todos los donantes se les realizan múltiples análisis y otras pruebas diagnósticas para comprobar el buen estado y funcionamiento del órgano o tejido a trasplantar y para verificar la ausencia de enfermedades trasmisibles que pudieran ocasionar un contagio al receptor. Además, en el caso de donantes vivos, se realizan pruebas de compatibilidad donante-receptor que aseguran la viabilidad del órgano trasplantado.

¿Por qué no pueden ser donantes de órganos la mayoría de los fallecidos? 

Los donantes de órganos tienen que fallecer obligatoriamente en un hospital. Los donantes en muerte encefálica deben fallecer, concretamente, en unidades de Cuidados Críticos que disponen de los medios técnicos necesarios para mantener artificialmente la ventilación pulmonar y la circulación del donante. Cuando se cumplen todos los criterios legales de muerte cerebral es posible declarar y certificar la muerte de una persona que mantiene circulación sanguínea y el funcionamiento de algunos órganos porque está conectada a un respirador artificial y recibe la medicación necesaria para mantener función cardiaca (medicación vasopresora). El diagnóstico de muerte cerebral precisa que tres médicos, distintos a los que van a participar en la extracción o trasplante, comprueben la ausencia completa de respuesta cerebral mediante exploración de reflejos de troncoencéfalo y pruebas instrumentales demostrativas de destrucción completa del cerebro. En estas circunstancias, los órganos se mantienen perfundidos y oxigenados hasta el momento de la extracción en quirófano. Con estos requisitos sólo pueden ser donantes de órganos entre el 1 y 2% de todos los fallecidos en un hospital.

En los donantes en asistolia, el fallecimiento se debe a una parada cardiorrespiratoria irreversible pese a maniobras de reanimación avanzadas. En estos casos se mantiene la perfusión de algunos órganos hasta el momento de la extracción mediante perfusión y enfriamiento con la ayuda de una sofisticada tecnología.

¿Qué cambios en el aspecto exterior provoca la extracción de órganos? 

La cirugía que permite la extracción de órganos de un fallecido para trasplante se realiza de forma reglada en quirófano como otras operaciones de vesícula, apendicitis o corazón y siempre con el máximo respeto al cuerpo del fallecido. Tras la extracción de órganos, el aspecto externo del fallecido no cambia de forma apreciable y sólo queda una cicatriz suturada en la piel del tórax y abdomen.

En el caso de donantes de tejidos como córneas o huesos, se colocan prótesis para recuperar volumen o firmeza tras la extracción.

¿Cuánto tiempo dura la extracción de órganos? 

La extracción de órganos tiene una duración variable dependiendo del tipo y características de los órganos y tejidos donados. Habitualmente oscila entre 3 y 6 horas.

¿Cuánto tiempo se pueden mantener los órganos extraídos antes del trasplante? 

Depende de las condiciones del donante y del tipo de órgano. El riñón se puede mantener en buenas condiciones, conservado en frío, hasta las treinta y seis horas. Corazón y pulmón sólo pueden mantenerse durante unas seis horas. Hígado y páncreas llegan hasta unas doce horas. Pero, en cualquier caso, se debe intentar mantener el órgano extraído a la espera de ser implantado el menor tiempo posible.

Los tejidos tienen un mantenimiento diferente, pudiéndose algunos ultracongelar y mantenerse viables durante años; tal es el caso de hueso, ligamentos, cartílago y piel. Las córneas son válidas para trasplante hasta diez días, siempre que se hayan mantenido en el medio adecuado y a temperatura de 4º C. La médula ósea también se puede congelar y preservar durante períodos que varían desde días hasta semanas.

Estos intervalos son muy importantes, pues delimitan el tiempo disponible para seleccionar el mejor receptor de entre todos los que esperan, los cuales, en ocasiones, se encuentra en otros hospitales a miles de kilómetros de distancia.

¿La donación de órganos interfiere con el funeral? 

De ninguna manera. La hora oficial del fallecimiento es única y es la misma haya habido donación o no. El funeral se puede hacer como se tuviera planeado, en la localidad del fallecimiento o en cualquier otra ciudad de España o del extranjero sin ningún tipo de dificultad o retraso.

Inclusive, el nuevo Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria (Decreto 95/2001, de la Consejería de Salud) posibilita expresamente la inhumación o cremación precoz del cadáver cuando ha sido donante de órganos, sin necesidad de aguardar las preceptivas 24 horas que deben observarse para el resto de fallecidos.

¿Puedo excluir de la donación algún órgano o tejido concreto? 

Usted puede especificar qué órganos o tejidos desea donar y cuales no, en la seguridad de que se cumplirán sus deseos.

¿Servirán mis órganos y tejidos para donación tras padecer alguna enfermedad? 

En todos los casos evaluados para una posible donación, se procede a una exhaustiva valoración de la función, integridad y ausencia de enfermedades transmisibles en el donante mediante pruebas analítica, radiológicas, ultrasonidos o incluso biopsias. Puede ocurrir que algún órgano o tejido no sea útil para el trasplante, pero en la mayoría de las donaciones se encuentra algún órgano o tejido válido para trasplantarse.

Mitos y leyendas en donación y trasplante 

Al igual que sucede con otras tecnologías, existen rumores, mitos y malas interpretaciones alrededor de los donantes y los trasplantes de órganos. Así, periódicamente se publican noticias sobre tráfico criminal de órganos. En la mayoría de los casos coincidentes con la desaparición de niños, llevadas a cabo por mafias dedicadas al tráfico de órganos y localizadas fundamentalmente en países en desarrollo. Sin embargo, ninguno de estos casos denunciados ha sido jamás probado.

No obstante, algún tipo de comercio más o menos legal o tolerado, sí que existe en algunos países, fundamentalmente asiáticos, en los cuales es posible que alguien venda uno de sus riñones a un desconocido, enfermo de insuficiencia renal crónica. Esta transacción, prohibida en todos los países occidentales y éticamente criticable desde nuestra cultura, sucede en un contexto económico de gran desigualdad social y con difícil acceso a la diálisis crónica. Lamentablemente existen grupos o mafias muy organizadas que ponen en contacto donantes y receptores exclusivamente para trasplante de riñón y en ambientes locales, sin todas las garantías requeridas, se realizan estos trasplantes.

Cualquiera de estas situaciones resulta imposible en España, no sólo por la expresa prohibición de la Ley, sino porque el proceso de donación y trasplante está muy controlado tanto por la Organización Nacional de Trasplantes como por las administraciones sanitarias de las Comunidades Autónomas y Coordinadores de Trasplantes, y de todos los órganos que se implantan se conoce su procedencia. Esta trazabilidad garantiza la idoneidad de todos los órganos trasplantados en nuestro país. Además, seria impensable que profesionales sanitarios en España accedieran a colaborar en esta ilegalidad, que ha sido incluida en el código deontológico de distintas Organizaciones Medicas Internacionales y avalada por la Organización Mundial de la Salud.

¿Qué legislación regula en España la donación y trasplante de órganos y tejidos? 

En España, la legislación básica sobre esta materia viene dada por la Ley 30/1979 (135.47 KB) y el Real Decreto 1723/2012 (501.57 KB) y el Real Decreto-Ley 9/2014 (939.33 KB), cuyos artículos regulan los centros donde se pueden realizar extracciones y trasplantes de órganos y tejidos, la gratuidad de los procedimientos, el consentimiento presunto, el anonimato, los criterios diagnósticos de muerte cerebral y aspectos de seguridad y trazabilidad de tejidos.

En aquellos casos de fallecimiento por causas no naturales (accidente de tráfico, suicidios, agresiones, etc.) los Jueces o Magistrados de guardia deberán conocer las circunstancias del fallecimiento y autorizar la extracción de órganos previo informe del médico forense.

¿Ayuda a la familia conocer la opinión del fallecido sobre donación? 

Este es un tema trascendental, porque en algunas ocasiones los familiares de los fallecidos no tienen conocimiento de la opinión en vida sobre donación y, por ese motivo, se les plantean dudas para autorizarla.

Todos aseguran que, en estas circunstancias, conocer la opinión en vida del fallecido sobre la donación les ayudaría mucho a tomar esa decisión tan importante y urgente. De aquí la importancia de que, a partir de alguna noticia sobre donación-trasplante aparecida en los medios de comunicación, comentemos en voz alta a las personas más queridas y cercanas nuestro deseo de donación.

¿Es posible conocer la opinión del fallecido sobre la donación? 

Al amparo de la Ley de Autonomía del Paciente (Ley 41/2002 (283.89 KB)), en Andalucía se ha desarrollado la Ley de Declaración de Voluntad Vital Anticipada (Ley 5/2003 (81.43 KB)), que desarrolla un registro de voluntades anticipadas donde se puede recoger expresamente la decisión personal sobre la donación de órganos en caso de fallecimiento.

Los profesionales sanitarios relacionados con la donación de órganos y tejidos deben consultar este registro para conocer la voluntad del fallecido respecto a la donación de sus órganos y tejidos en caso de fallecimiento.

¿Qué opinan las principales religiones sobre donación y trasplante de órganos? 

La mayoría de las religiones de nuestro entorno se han manifestado a favor de la donación de órganos con fines terapéuticos.

La Iglesia Católica, por ejemplo, ha expresado de forma clara y contundente que la donación de órganos es el acto supremo de caridad, generosidad y amor que una persona puede hacer por otra en esta vida. Los últimos Papas en diferentes encíclicas y otros documentos animan a todos los católicos a que se expresen en vida a favor de la donación. Obispos y sacerdotes predican la necesidad de la donación de órganos para salvar vidas o evitar sufrimientos a personas con graves problemas de salud.

Las iglesias cristianas reformadas (adventistas, anglicanos, evangélicos, metodistas,...) abogan en general porque cada persona resuelva en conciencia sobre la decisión de ser donante, no planteando por tanto problemas ante la donación y los trasplantes.

Los testigos de Jehová, que manifiestan con rotundidad su oposición a las transfusiones de sangre, no presentan, por el contrario, ninguna oposición a la donación de sus propios órganos ni a recibir trasplantes, siempre que se les asegure que no van a ser transfundidos durante la operación.

La religión judía es así mismo favorable a la donación de órganos. Incluso se puede leer en el Talmud "Quien salva una vida salva el mundo", y sus jerarquías religiosas interpretan que la donación de órganos para trasplante es la mejor actitud para ayudar a otro a salvar su vida.

La religión musulmana tampoco se opone a la donación, y así ha quedado expresado en diversos documentos difundidos por sus autoridades religiosas. Sin embargo, la ausencia de una autoridad religiosa que unifique doctrinas hace que, en la realidad, sea infrecuente la donación de personas de religión musulmana. Habitualmente se unen problemas religiosos con problemas sociales y ciertas costumbres, con cultos tras la muerte que hacen difícil facilitar la donación. Países de religión islámica como Turquía tienen incluso legislación específica sobre la muerte encefálica y las donaciones son relativamente frecuentes. En otros como Pakistán, de la misma religión, la donación de órganos de fallecidos la consideran inaceptable.

Otras religiones minoritarias en nuestro medio, como el budismo y el sintoísmo, no favorecen la donación de órganos porque, según sus creencias, el proceso de muerte sucede de forma gradual, completándose a lo largo de tres días tras la muerte clínica. Durante este tiempo, el cuerpo del difunto budista no debe ser manipulado pues ello interferiría con futuras reencarnaciones.

¿Qué acciones serán útiles para promover una adecuada conciencia social en donación de órganos? 

La población debe saber que en una sociedad con mayoría de personas favorables a la donación significaría un beneficio para toda la población (sanos y enfermos). Nadie está a salvo de que en algún momento de la vida surja, de improviso, algún tipo de enfermedad o disfunción que precise un tratamiento con trasplantes. Sólo si vivimos en una sociedad masivamente concienciada con la donación de órganos, se puede lograr que el trasplante pueda realizarse sin demora y, por ello, con máximas posibilidades de éxito.

Para lograr esta concienciación se tiene que proporcionar a la población una información adecuada y periódica que permita valorar la donación y el trasplante como actuaciones imprescindibles para promover la salud en nuestro medio social.

Fecha de actualización
07/05/2019